El símbolo que nos identifica
Algunos lo descubren cual tesoro enterrado, para otros es irrelevante. Algunos llegamos a encontrar un símbolo que identifique nuestra comunidad tras buen tiempo de “permanencia” en ella y otros, quizás con mas suerte lo encuentran de primer vistazo.
.: El triskel :.
Y llegó un día que decidí deseaba portar un símbolo que implícitamente destelle algún dato importante de mis gustos. Gustos que se encuentran normalmente ocultos al mundo “vainilla”. Amenidades, satisfacciones que a veces uno desea que todos comprendan, que todos vean con los mismos ojos, lo cual sería una locura. Entonces una insignia empieza a
ser singular, un matiz de la personalidad simplemente grabada en un garabato que tanto dentro como fuera de nuestra comunidad me agrada lucir.
¿Y por qué identificarse?
A veces el anonimato total es bueno pero en ocasiones sentir que un espíritu común nos mueve y reconocer gratamente esa fruición que llevamos nos hace anhelar la consolidación de lo que hacemos a través de un estandarte. Para ello, la simbología permite una rápida lectura de una faceta que reconocemos portar con gusto.
Los países, estados y grupaciones de personas son identificadas por emblemas y banderas. El origen de las banderas procede de las legiones romanas, que usaban los vexilos -del latín 'vexillum'- como estandarte especial de identificación. También existen antecedentes remotos en China. Particularmente estamos en un grupo cultural con identidad propia y resulta inexorable la existencia de algo que nos identifique.
Si bien existen símbolos para identificar la dominación o la sumisión en forma particular, y la
Se trata de un símbolo que la mayoría conocemos y no es necesario describir. Brevemente, su origen proviene por un lado de la cultura oriental como variante del ying-yang y por otro de la cultura celta, representando la divinidad. Sus curvas muestran dos sentidos de giro y el número que puede observarse en su representación es la trinidad. En su relación con el sado, el símbolo que nos identifica tuvo su registro de propiedad intelectual en 1995 por un anónimo bajo el seudónimo de Quagmyr y con el rótulo de “emblema BDSM” e inspirado en los anillos de Roissy en La Historia de O, alejando su manifestación simbólica de la cultura celta. Los tres espirales representan las subculturas B/D, D/s y S/M.
Mas allá de la justificación que Quagmyr le otorgue, podemos comentar también que dicho símbolo fue utilizado por un rey quien, según cuenta la mitología celta, lo hacía marcar en cada una de sus esposas (concubinas) y de esa forma identificarlas como posesiones. Por lo tanto era también un símbolo de esclavitud.
Sin mayor necesidad de indagación considero que posee cimientos suficientes para representar nuestra comunidad y sumado a eso un plus: su forma me resulta realmente agradable. Cuando deseé llevar una cadenita con un triskel empecé a recorrer puestos de hippies y joyerías mas lo que encontré no me gustaba del todo, deseaba algo personal. Dado su valor simbólico, su historia y su representación no daba lo mismo cualquier opción así que empecé a buscar imágenes, formas y diseñé el mío. Ahora sí, me agradaba su forma, su combinación de dos metales y hasta las historias que podría inventar sobre él cuando alguien me pregunta el motivo por el cual fui a una joyería a hacer forjar dicho símbolo.
Ahora llevo el mío. Ahora soy uno más de tantos que se identifican bajo un ícono del BDSM. Los he visto grabado en remeras y hasta en adornos, encendedores y ceniceros. Hay quienes los prefieren tatuados, otros como en mi caso lo portan con una cadenita, o en anillos, pulseras…
…y yo hoy lo preferí en forma textual, en estos párrafos que en su honor, con humilde lenguaje y sumo gusto anhelé escribir.
johnnyBgood.-
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